Cultura

En la novela, todo partió de Cervantes

por Alicia García de Francisco

El genio de Cervantes está fuera de duda y, 400 años después de su muerte, en lo que están de acuerdo todos los expertos es en que con “el Quijote” no solo sentó las bases de la novela moderna, sino que hizo de ella “el gran género literario” que es hoy.

“Don Quijote se convirtió en una de las principales influencias en la formación de la novela inglesa en el siglo XVIII y en el siglo siguiente novelistas europeos lo consideraba como una especie de Biblia secular”, afirma a EFE Edwin Williamson, profesor titular de la cátedra de estudios hispánicos Alfonso XIII de la Universidad de Oxford.

En opinión de Williamson, uno de los principales expertos internacionales en Cervantes, esa obra “sigue siendo capaz de inspirar a los escritores en nuestros días”.

“Cervantes experimentó constantemente con el lenguaje y la forma literaria en su escritura y tuvo éxito en la invención de modos y técnicas de la narración de historias que han demostrado ser asombrosamente influyentes en los siglos siguientes”, resalta.

Y recuerda una encuesta realizada en 2002 por el Instituto Noruego del Nobel, en la que un centenar de autores de 54 países eligieron “el Quijote” como “la mayor obra de ficción jamás escrita”.

Cervantes desarrolló personajes que cambian y se transforman a lo largo del relato y, sobre todo, introdujo la importancia del final, lo que hasta ese momento no se daba.

En resumen, “ya trabajaba en el que sería y aún es el gran género literario”, afirmó a EFE el catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid y experto en la figura de Cervantes, José Manuel Lucía Megías, que ha comisariado la gran exposición dedicada al escritor en la Biblioteca Nacional de España con motivo del 400 aniversario de su muerte.

Una opinión compartida por Williamson, que considera “el Quijote” como “la primera novela moderna”.

No sólo porque crea el tema del conflicto entre ilusión y realidad, “la base para el desarrollo de la novela realista en Europa”, sino porque desarrolla dos personajes cuyo destino es interdependiente y porque “democratizó la literatura” al mezclar ideales nobles y plebeyos, discurso cortesano y lenguaje vulgar.

Pero además de ser el punto de partida de la novela moderna, “el Quijote” sirvió de prototipo para el realismo del siglo XIX y en el XX tuvo un amplio efecto en varias manifestaciones del Modernismo y Postmodernismo.

La influencia de la obra de Cervantes en los movimientos literarios posteriores es incuestionable, especialmente en los siglos XVIII y XIX, mientras que en el XX se ve su estela principalmente en autores concretos, explica Lucía Megías.

El mexicano Carlos Fuentes, el peruano Mario Vargas Llosa o el español Gustavo Martín Garzo son algunos de los autores que han reconocido públicamente la huella de Cervantes en sus libros.

O el nobel de Literatura 2008, el francés Jean-Marie Le Clézio, que dijo recientemente que “‘el Quijote’ es una mezcla de géneros que abarcaba la totalidad de la vida” y calificó la obra como la novela “total” que inventó el humanismo.

G.K. Chesterton realizó su particular homenaje al ingenioso hidalgo y a su autor en “El regreso de don Quijote” y Vladimir Nabokov pronunció unas clases magistrales en la Universidad de Harvard en el curso 1951-52 que se recogieron en “Curso sobre el Quijote”, aunque en su caso la crítica ganaba a la alabanza.

Para Williamson, “Cervantes desafía continuamente al lector”, que se plantea todo el tiempo qué es verdadero y qué es falso en la novela, dónde está la línea que divide imaginación y realidad o “cuál es el objetivo de la literatura imaginativa, y, de hecho, del arte en general”.

“La capacidad de ‘el Quijote’ de provocar estas preguntas es una de las principales razones para su perdurable influencia en los escritores creativos, y también explica la fascinación de los lectores de hoy en día”, afirma el profesor.

EFE.

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